Haaretz, 8/05/25

La nueva campaña de Israel en Gaza no tiene legitimidad, sentido ni restricciones

La Operación Carros de Gedeón en la Franja de Gaza está destinada al fracaso. Incluso antes de comenzar, es evidente que no alcanzará sus objetivos y que carece de legitimidad ante muchos israelíes y, por supuesto, ante el mundo. Por tanto, es necesario detener estos carros antes de partir.
Por Haaretz (Editorial)

Yaniv Kubovich informó el jueves que en las órdenes presentadas a los altos comandantes militares esta semana, el regreso de los rehenes estaba al final de la lista de prioridades para la operación.

Fue la confirmación por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel de lo que se venía sospechando desde hacía tiempo: la liberación de los rehenes no es el objetivo real de la guerra.Principio del formulario

La lista de objetivos también arroja una luz preocupante sobre las promesas hechas en los últimos días por el jefe del Estado Mayor de las FDI, Eyal Zamir, y el portavoz de las FDI, Effie Defrin, según las cuales el regreso de los rehenes es el objetivo supremo.

Si bien esa es la opinión de la mayoría de los israelíes, el gobierno y, a su vez, las Fuerzas de Defensa de Israel, han relegado este objetivo al final de la lista.

Incluso el objetivo que parece ser un crimen de guerra prima facie –“concentrar y trasladar a la población”, en el lenguaje de las FDI, que no es más que un eufemismo para el traslado de población– está por encima del sexto y último objetivo, el de devolver a los rehenes.

Y, por si fuera poco, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) también decidieron usar un nuevo término hebreo para los rehenes: bnei aruba en lugar de hatufim. Pero sea cual sea el término, su destino exige una intervención israelí inmediata y urgente. Solo serán liberados mediante un acuerdo con Hamás.

La Operación Carros de Gedeón no sólo no conducirá a su liberación, sino que planteará un peligro claro y presente para los que aún están vivos: 21 o 24 de ellos.

Mientras tanto, la masacre en Gaza se intensifica incluso antes de que comience la operación. El miércoles, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) mataron a 107 personas en uno de los días más sangrientos de la guerra. Entre ellas se encontraban 32 desplazados, nueve de ellos niños, que habían encontrado refugio temporal en una escuela del campo de refugiados de Bureij.

Mientras las FDI advertían a la gente que evacuara una mezquita cercana, sus bombarderos de precisión bombardearon la escuela convertida en refugio. Las fotografías de la escena se encuentran entre las más impactantes vistas en esta guerra hasta la fecha.

Decenas de personas sangraban y morían en el suelo, y no quedaba nadie para atenderlas. Entre ellas, como siempre, destacaban los niños.

Así es una guerra cuando no tiene sentido ni restricciones morales ni legales. Cuando recuperar a los rehenes es lo último en la lista, la guerra también ha perdido los últimos vestigios de legitimidad que aún conservaba.

Así que ahora es el momento de exigir una vez más que el gobierno y el ejército cesen el fuego de inmediato. Que pongan fin a esta guerra y logren la liberación de los rehenes mediante un acuerdo.