La discriminación, un fenómeno casi tan antiguo como la humanidad, ha mutado y se ha adaptado a los nuevos escenarios, manteniendo su esencia a lo largo de los siglos. Con la llegada de Internet y, en particular, de las redes sociales, el odio ha encontrado un terreno fértil para su propagación. La posibilidad del anonimato, la velocidad de difusión y el alcance global de estas plataformas han permitido que los discursos de odio, los estereotipos y los prejuicios se viralicen a una velocidad alarmante.
Durante los últimos años, desde el Observatorio Web hemos analizado esta situación en diversas plataformas. Respecto al antisemitismo, en cada reporte vislumbramos distintas tendencias, mostrando aumentos y descensos, explicados en gran medida por hechos de la coyuntura y cambios de políticas de las plataformas. Desde el 7 de octubre de 2023, día que Hamás ataca Israel, nos encontramos frente a un panorama nuevo, desde distintos puntos de vista, tanto en lo numérico, como en cuestiones de contenido y argumentos. Para realizar nuestra investigación utilizamos la definición de la IHRA, la cual entiende al antisemitismo como “cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto”. En este sentido, tomamos como una categoría distinta las críticas al Estado a Israel por sus políticas.
En primer lugar, en 2024, registramos por primera vez un aumento del antisemitismo en todas las plataformas analizadas, algo que se viene sosteniendo en 2025. Esto lo hemos estudiado tanto en redes sociales muy permeables a la coyuntura diaria, como X (Twitter), Facebook y chat de Youtube, como en otras plataformas donde no suele haber cambios importantes en el contenido que muestran, como los principales resultados de búsqueda de Google y Youtube.
Gráfico Nº 1: Porcentaje de antisemitismo. Años 2023-2024

Fuente: Observatorio Web
El aumento de antisemitismo se visualiza tanto en términos porcentuales (como se observa en el gráfico anterior) como nominales. En diversos momentos hemos analizados aumentos nominales de antisemitismo, pero que se “licuaban” en la totalidad, porque la mayoría de los usuarios publicaban otro tipo de contenido. Esto ocurrió, por ejemplo, ese octubre de 2023: aumentó nominalmente, pero la mayoría del contenido era de condena al accionar de Hamás. En otros momentos ocurre lo contrario, desciende nominalmente, pero al caer la cantidad total de contenido, el porcentaje queda elevado, generando en muchos usuarios la sensación que la red se encuentra llena de mensajes de odio. En 2024 prácticamente se duplicó la cantidad de contenidos recogidos para nuestro informe respecto a 2023, pasando de 13 millones a casi 26 millones.
En segundo lugar, frente a cada episodio bélico entre Israel y un país o grupo en la región, registrábamos aumentos de antisemitismo pasados algunos días de algún accionar militar de Israel, no cuando éste era atacado. En este caso, observamos unfuerte aumento de contenido antijudío el mismísimo 7 de octubre, cuando solamente se difundían imágenes del accionar de Hamás. Mientras que en septiembre de 2023 recopilamos en promedio 4 mil tweets con contenido antisemita por día, el 7 de octubre fueron más de 200 mil.
En tercer lugar, entendemos que se está cimentando un nuevo «piso» de odio hacia los judíos en Internet. En ningún momento desde que comenzó este conflicto el antisemitismo volvió a un punto anterior al 7 de octubre. En todo este período los momentos en donde observamos leves descensos fueron al comienzo de la guerra de Israel y Hamás cuando se llevaron a cabo algunas treguas e intercambio de rehenes y cuando Israel entra en conflicto con Irán o Yemen. Por el contrario, eventos específicos han actuado como catalizadores. La invasión de Rafah en mayo de 2024 registró el mayor nivel de odio en X, con un 28,93% de antisemitismo en los contenidos recopilados.
Un cuarto tema para estudiar es la cantidad de usuarios que visualizan estos mensajes discriminatorios. En este sentido, resulta interesante entender la influencia que tienen quienes promueven este tipo de contenido y la respuesta de sus seguidores. En la era de las redes sociales es posible medir todo y saber cuánta gente ve un mensaje, se calcula por lo que se conoce como impresiones potenciales.
En X (Twitter), en los años 2022 y 2023, era más elevado el porcentaje de antisemitismo (9,48% y 12,83% respectivamente) que porcentaje de usuarios que potencialmente venían estos mensajes. Por el contrario, en 2024 esos números se equiparan. En vocablo de redes sociales, podríamos decir que el antisemitismo se viralizó.
Gráfico Nº2: Porcentaje de impresiones potenciales y de antisemitismo en X. Años 2022-2024

Fuente: Observatorio Web
Una situación no menor vinculada está relacionada a quiénes son los autores de estos mensajes. No solamente encontramos “influencers” sino también líderes políticos, como el presidente de Colombia, Petro.
En quinto lugar, se termina de consolidar una tendencia: casi el 90% de los mensajes discriminatorios están relacionados al conflicto en Medio Oriente. Una de las particularidades del antisemitismo online observada desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás es la utilización del término “sionista” como sustituto de “judío”. Esta práctica busca tanto evadir la moderación de contenidos de las plataformas como deslegitimar al Estado de Israel. Asimismo, es utilizada la equiparación entre lo ocurrido a los judíos y otras minorías durante el régimen nazi con la situación en la Franja de Gaza, con mensajes que manifiestan que “los judíos pasaron de víctimas a victimarios”.
Por otro lado, en menor medida, se inició un proceso de “importación de discursos antisemitas”. Viejas ideas conspirativas se aggiornan a nuestro tiempo y muestran a los judíos como los responsables de promover ciertas agendas para su conveniencia, como las feministas y LGBT. Con esto, dicen, los judíos promueven la destrucción de la sociedad, sus valores. Estos discursos más propios de EE. UU. comienzan a cobrar cada vez más fuerza en nuestra región.
A modo de resumen podemos decir que hay más antisemitismo, éste llega a los usuarios de las redes, algunos de estos mensajes los realizan incluso lideres políticos y a pesar del paso del tiempo, se mantiene firme. Esta situación nos abre como mínimo tres grandes preguntas. En primer lugar, ¿cuál es el rol de las empresas de Internet? En segundo lugar, ¿cómo puede afectar el antisemitismo online en nuestra vida offline? Por último, ¿cuál es el rol del Estado y cómo debemos abordar esta cuestión?
El rol del Estado y de las plataformas digitales frente al odio en línea
El papel de las empresas de Internet en la moderación de contenidos y la diseminación de discursos de odio es un tema ineludible. Si bien se presentan como “intermediarios” no responsables del contenido, claramente hoy tienen un accionar como curadores del contenido. Asimismo, durante muchos años han alegado que debido a la gran cantidad de volumen de contenido resulta difícil hacerle frente a esta situación. No obstante, en diversos momentos en donde se realizaron cambios de políticas de contenido permitido, ellas mismas han demostrado en sus reportes de transparencia que han eliminado masivamente contenido discriminatorio. Lamentablemente, en los últimos meses se ha observado un franco retroceso en la postura de muchas de estas empresas a la hora de regular y hacer cumplir sus propias reglas. Por ejemplo, a comienzos de 2025, Meta levantó ciertas restricciones a los discursos de odio y se alejó de las prácticas de chequeos de datos verificados. La escasa regulación de X, especialmente tras su adquisición por Elon Musk, ha contribuido a la proliferación de discursos de odio.
La exposición constante a este tipo de contenido plantea la interrogante sobre si los usuarios se vuelven más receptivos a estos mensajes y cómo el clima de odio en línea puede derivar en violencia física, principalmente en los más jóvenes. Así como vislumbramos un nuevo piso de antisemitismo en Internet, en los reportes de incidentes antisemitas de las comunidades judías más grandes del mundo se observa una tendencia similar. Si bien en nuestra Latinoamérica solamente hay registros en Argentina, este debe ser un tema sobre el que debemos estar atentos.
Por último, el fenómeno del antisemitismo no debe considerarse un problema de la comunidad judía. La discriminación a un colectivo es una vulneración de los derechos humanos, por consiguiente, una lesión a nuestra democracia. Es el Estado quién debe velar por el derecho a la no discriminación, por ende, es responsable que no haya antisemitismo y, de ocurrir un hecho, actuar en consecuencia. Es por ello que el abordaje del antisemitismo debe ser multidimensional e incluir esferas legal, educativa, política, actitudinal y narrativa. Debe abordarse con un enfoque integral que involucre a Estados, plataformas, organizaciones de la sociedad civil y educadores. Erradicar el antisemitismo y todas las formas de prejuicio es una responsabilidad colectiva para proteger los fundamentos de la sociedad democrática, la igualdad, la dignidad humana y la libertad religiosa.