Cuando apenas asomaba en el horizonte “el fenómeno Milei”, Nueva Sion abordó en una serie de notas la excentricidad de este personaje de las ultraderecha que se identificaba con algunos aspectos superficiales o “de moda” del judaísmo (como lo es el estudio de la Cábala entre algunas celebridades de Hollywood). Llamaba la atención la curiosa apropiación de símbolos, imágenes y relatos alegóricos tomados de la Torá, utilizados como componentes del pastiche ideológico construido por el entonces panelista mediático devenido en diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires. La descripción falsificada y anacrónica de un Moisés “pionero” del anarcocapitalismo, defensor de “las ideas de la libertad” entendidas como el epítome de un orden social fundado en el mercado liberado de todo control y regulación estatal, y del lucro privado como único y universal motor de la acción social, forma parte de la visión mesiánica que Milei propaga desde que hizo su debut en la arena pública hace menos de una década.
Ezequiel 25:17
Apenas asumido, en diciembre de 2023, Milei fue invitado por Jabad Argentina a la celebración pública de Jánuca, ocasión en la cual se le concedió el privilegio de encender las velas de la janukia. No se privó de arengar a la concurrencia al ronco grito de “¡Viva la Libertad, Carajo!”, sin que ninguno de los presentes se escandalizara por esa manifestación partidaria en medio de un acto comunitario. Pocos días más tarde, y antes de finalizar el año, el presidente participó de la inauguración de los Juegos Macabeos Panamericanos en Argentina. En el Movistar Arena, en el corazón de Villa Crespo, fue recibido por parte de la dirigencia comunitaria y por los deportistas que iban a disputar los juegos, al eufórico grito de “Olé, olé olé olé, Milei, Milei”. Convencido de que la divinidad guía sus actos, expresó que “Estos Juegos son muy importantes para mí. Recuerdo que estábamos asumiendo como diputados [junto con Victoria Villarruel] y un periodista me dijo ‘qué pueden hacer ustedes dos adentro de un grupo de 257′. Y le respondí citando el libro de Macabeos 1° 3:19 que dice que la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo. Y sin lugar a duda, las fuerzas del cielo probaron ser más fuertes”. Pero el crush del presidente con el judaísmo apenas comenzaba…
Hacia febrero de este año, cuando el gobierno exhibía sus primeras y radicales medidas económicas, Nueva Sion publicó una nota en la que se analizaba el viaje del novel presidente a Israel. Allí Milei tuvo su tour iniciático: se conmovió hasta el llanto ante el Muro de los Lamentos, bailó y cantó con judíos ortodoxos, visitó las ruinas de un kibutz arrasado por Hamas el 7 de octubre de 2023, y prometió un alineamiento automático que, como dijéramos oportunamente, “no parecería acarrear beneficios ni comerciales (todo saldo producto del intercambio es importante, pero en el caso del comercio con Israel, es exiguo), ni estratégicos, ni diplomáticos” (Milei en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad (a secas) ). Declaró también su intención de trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, violando lo establecido por la Resolución 478 de 1980 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la cual llama a los Estados miembro a retirar de allí sus representaciones diplomáticas hasta tanto no haya una solución política acordada respecto al estatus de la ciudad.
La apropiación de elementos del judaísmo por parte de Milei continuó con la publicación en hebreo en X (ex-Twitter) de versículos de la Torá, dirigidos a tachar de traidores a quienes no acompañaron en el Congreso el tratamiento de la llamada Ley Bases. Una amenaza que recuerda a la del matón interpretado por el actor Samuel Jackson en la película Pulp Fiction, quien antes de ejecutar a sus víctimas les recitaba un versículo del libro de Ezequiel.
El insulto como discurso político
Pasada lo que parecía ser una “epifanía hebraica”, Milei se abocó a la gestión de su gobierno (también analizada en Nueva Sion en La contracción de la economía avanza). El fervor por el judaísmo, por la íntima y religiosa convicción de que cada uno de sus actos era acompañado por “las fuerzas del cielo”, había entrado en una meseta laica dominada por los conflictos políticos y sociales de coyuntura. Más que ponderar y poner en práctica las virtudes y enseñanzas mosaicas, las manifestaciones públicas del presidente pasaron por clasificar como “ratas y mandriles” a quienes exigían el debate parlamentario de las propuestas gubernamentales, categorizar como “zurdos y brutos” a quienes planteaban resistencia al ajuste en las calles (gremios, universitarios y científicos, jubilados y movimientos sociales), o de calificar de “pauteros y ensobrados” a los periodistas que osaran cuestionar alguna de las medidas implementadas. La política del insulto se expresó a través de textos en redes, declaraciones en distintos foros “amigables”, ante los pocos periodistas autorizados a hacer las veces de sparring del presidente, o en torpes memes de dudoso gusto generados por inteligencia artificial, siempre con un león fornido destrozando roedores. Lejos de buscar la concordia, y justificado en que se trata de “su estilo particular” o en que ejerce su derecho a expresarse, Milei persigue el objetivo de ocupar el centro de la escena política a partir de elevar la tensión pública con sus declaraciones.

La menorá y el calefón
Pero como el ilusionista que siempre saca algo más de su galera, el presidente volvió a arremeter recientemente con una andanada de gestos que escalan la relación con lo que él considera “judaísmo”. Tras el despido abrupto de Diana Mondino, Milei designó a Gerardo Werthein al frente de la cancillería. En línea con esa decisión, el Gobierno estaría acelerando los pasos para concretar el traslado de la embajada argentina en Israel (representación diplomática a cargo del rabino Axel Wahnish) a la ciudad de Jerusalén. Corona esta sucesión de hechos el anuncio de la firma de un memorándum de entendimiento con Israel “que tendrá como objetivo la lucha contra el terrorismo y las dictaduras”. A todas luces, un gesto político de campaña mediante el cual pretende la diferenciación con el gobierno de Cristina Fernández y la firma del memorándum con Irán; pero también el acuerdo a rubricar opera como una señal hacia afuera: en este sentido Milei manifestó que “hemos demostrado que Israel es, junto a Estados Unidos, nuestro socio político más importante”. Y si un último símbolo de este refresh de judaísmo hacía falta, la novia del presidente publicó en sus redes sociales una fotografía de la pareja tomada del brazo. Justo detrás, en el centro de la sala, sobre la pared se aprecia una foto del Rebe de Lubavitch; en una mesita debajo del retrato, hay una menorá de bronce junto con unas gorras con la consigna trumpista “Make America Great Again”.
El Maguén Milei
No se pagan derechos de autor por imprimir o citar el Tanaj. Son textos constitutivos de la cultura occidental. Milei está en todo su derecho de tomar, reinterpretar y publicar pasajes del texto bíblico. Si su acercamiento errático y selectivo a una fracción de la cultura judía -por lo general, la parte relacionada con el “Dios iracundo”- esconde un deseo genuino de conversión, o si constituye una estratagema o un cálculo de índole político, es algo imposible de determinar puesto que pertenece a su fuero íntimo. Pero la política sigue un ciclo (cada vez más corto) de emergencia, auge y declive, lo cual implica que más temprano que tarde, la estrella de Milei se irá extinguiendo consumida por el mismo fuego que la hizo refulgir, probablemente de la mano de una economía financiarizada y sin anclaje en la producción, la generación de empleo y el consumo, en obediencia del único dogma del ajuste perpetuo. Esta afirmación no se desprende de ningún sortilegio, sino de la evidencia que proporciona la historia social reciente: de no modificar el rumbo, la suerte de la actual gestión estará destinada al fracaso como en las anteriores experiencias neoliberales de Martínez de Hoz, Menem-De la Rúa y Macri. Entonces ¿Se podrá soslayar el misticismo judaico de Milei cuando sobrevenga una eventual crisis económica? ¿En qué lugar de la consideración social quedará el conjunto de la comunidad judía que toleró semejante grado de exposición de la mano del primer mandatario?